Antes de nada, la fecha de esta entrada debería ser 4 de Mayo, ya que la escapada tuvo lugar el puente de Mayo...
Pues llegó el día, 12 años, 144 meses, 4.380 días desde que nos conocimos, Isra y yo...
Así que decidimos hacer una pequeña escapada, y pensamos en Innsbruck. La verdad es que nos daba un poco igual porque todavía no conocemos muchos sitios cercanos a Alemania pero bueno, pensamos que era una buena opción para verlo un día.
Innsbruck es la capital del Tirol y es conocida por sus deportes de invierno. Está rodeada de montañas y como dato curioso debe su nombre al río Inn que pasa por ella.
Tardamos muy poco en tren, no llegó a 2 horas y se nos pasó muy rápido el viaje, hablando, mirando el paisaje, haciendo fotos...
Llegamos a Innsbruck bastante temprano, sobre las 11. Teníamos reservada una habitación en un hotel justo al lado de la estación, pero no estaba lista hasta las 16, así que dejamos las mochilas y nos fuimos a visitar la ciudad. Lo primero que hicimos fue ir al punto de información turística y después de pensarlo un poco decidimos comprar la Innsbruckcard, al igual que la Salzburgcard.
Después pensamos que lo mejor era subir a la estación de esquí situada en Nordkette, subimos en funicular y teleférico hasta Hafelekarspitze a 2334 metros. Desde allí arriba la vista era impresionante y como no, ¡había nieve aún! Nos hicimos las fotitos de rigor y para abajo otra vez.
Después fuimos a comer y luego al hotel.
He de decir que una de las cosas que mas nos gustó fue el hotel que elegimos y sobre todo la habitación con vista panorámica de 180 grados, aunque tuvimos mala suerte y estuvo muy nublado, aún así nos gustó bastante. Desde la habitación además de los Alpes, podíamos ver el trampolín olímpico.
Por la tarde visitamos el Tejadillo Dorado, la tienda de Swarosvki (muy bonita pero no es lo nuestro) y paseamos por las calles del centro histórico. Nos gustó mucho, por todas las callejuelas la vista de la montaña era impresionante, además mucho ambiente. Después nos montamos en un autobús turístico de estos que dan una vuelta por las zonas de interés, ya que no nos daba tiempo a verlo todo. Así visitamos los jardines del Castillo de Ambras y algunas cosas mas, aunque queda pendiente para la próxima visita más larga.
Al día siguiente y después de un superdesayuno buffet en el hotel, cosa que nos encanta por cierto, fuímos a ver el Alpenzoo. Yo no soy muy fan de los zoológicos, pero bueno, este es algo especial, sólo alberga animales de los Alpes y además me pareció muy curioso, por la vista y por lo educativo e interactivo, Además los animales, aunque encerrados, están en condiciones bastante similares a estar en libertad.
Hay que decir que dudamos entre ir al zoo o ir a los mundos de Swarosvki, nos decidimos por el zoo, ya que se encuentra en la misma ciudad a una parada en funicular.
Añadir que faltan muchas fotos, ya que llevábamos dos cámaras, pero aquí sólo están las del móvil...
Y eso fue todo, una escapadita para cambiar de aires y disfrutar de lo que nos ofrece nuestro nuevo entorno.
Pues llegó el día, 12 años, 144 meses, 4.380 días desde que nos conocimos, Isra y yo...
Así que decidimos hacer una pequeña escapada, y pensamos en Innsbruck. La verdad es que nos daba un poco igual porque todavía no conocemos muchos sitios cercanos a Alemania pero bueno, pensamos que era una buena opción para verlo un día.
Innsbruck es la capital del Tirol y es conocida por sus deportes de invierno. Está rodeada de montañas y como dato curioso debe su nombre al río Inn que pasa por ella.
Tardamos muy poco en tren, no llegó a 2 horas y se nos pasó muy rápido el viaje, hablando, mirando el paisaje, haciendo fotos...
Llegamos a Innsbruck bastante temprano, sobre las 11. Teníamos reservada una habitación en un hotel justo al lado de la estación, pero no estaba lista hasta las 16, así que dejamos las mochilas y nos fuimos a visitar la ciudad. Lo primero que hicimos fue ir al punto de información turística y después de pensarlo un poco decidimos comprar la Innsbruckcard, al igual que la Salzburgcard.
Después pensamos que lo mejor era subir a la estación de esquí situada en Nordkette, subimos en funicular y teleférico hasta Hafelekarspitze a 2334 metros. Desde allí arriba la vista era impresionante y como no, ¡había nieve aún! Nos hicimos las fotitos de rigor y para abajo otra vez.
Era como adentrarse en Narnia... |
La vista era genial, pero colocar un banco ahí, daba un poco de miedito... |
La tienda-museo Swarosvki, todo muy brillante. |
Después fuimos a comer y luego al hotel.
He de decir que una de las cosas que mas nos gustó fue el hotel que elegimos y sobre todo la habitación con vista panorámica de 180 grados, aunque tuvimos mala suerte y estuvo muy nublado, aún así nos gustó bastante. Desde la habitación además de los Alpes, podíamos ver el trampolín olímpico.
El cocktail "Lorena" en el hotel, ¡riquísimo! |
Por la tarde visitamos el Tejadillo Dorado, la tienda de Swarosvki (muy bonita pero no es lo nuestro) y paseamos por las calles del centro histórico. Nos gustó mucho, por todas las callejuelas la vista de la montaña era impresionante, además mucho ambiente. Después nos montamos en un autobús turístico de estos que dan una vuelta por las zonas de interés, ya que no nos daba tiempo a verlo todo. Así visitamos los jardines del Castillo de Ambras y algunas cosas mas, aunque queda pendiente para la próxima visita más larga.
Vista desde el Tejadillo Dorado |
Dos tontos muy tontos montados en un bus turístico... |
Una visita relámpago a los jardines del Castillo de Ambras |
Castillo de Ambras, la próxima visita, por dentro... |
Al día siguiente y después de un superdesayuno buffet en el hotel, cosa que nos encanta por cierto, fuímos a ver el Alpenzoo. Yo no soy muy fan de los zoológicos, pero bueno, este es algo especial, sólo alberga animales de los Alpes y además me pareció muy curioso, por la vista y por lo educativo e interactivo, Además los animales, aunque encerrados, están en condiciones bastante similares a estar en libertad.
Hay que decir que dudamos entre ir al zoo o ir a los mundos de Swarosvki, nos decidimos por el zoo, ya que se encuentra en la misma ciudad a una parada en funicular.
Metidos en una cueva y de pronto ¡los lobos por encima nuestro! |
12 años después, cómo pasa el tiempo... |
Comida en un bar español, de tapas... :) |
Añadir que faltan muchas fotos, ya que llevábamos dos cámaras, pero aquí sólo están las del móvil...
Y eso fue todo, una escapadita para cambiar de aires y disfrutar de lo que nos ofrece nuestro nuevo entorno.
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